El comunismo entendido como organización social, es una asociación basada en la comunidad de los medios sociales de producción y los bienes producidos mediante los mismos. A diferencia de lo que acontece en el socialismo, el comunismo implica la abolición de la división del trabajo y por ende del dinero. El Comunismo, entendido como movimiento socio-político, es un conjunto de corrientes y agrupaciones cuyo principal objetivo histórico es -particularmente desde la adopción de la doctrina marxista- la supresión revolucionaria de la sociedad capitalista en tanto última forma de sociedad con clases, y el establecimiento de una sociedad socialista como paso previo a la construcción gradual de una organización social comunista. Las doctrinas de las diversas corrientes comunistas coinciden en la necesidad de suprimir la propiedad privada (especialmente la de los medios de producción sociales) y en la emancipación social del proletariado como la primer clase oprimida sin economía propia, negación de toda posible apropiación privada y por ende tendiente a desaparecer como clase en una comunidad comunista.
Debido a la popularidad de la revolución rusa de 1917 y la polarización política entre los regímenes socialistas y el capitalismo occidental, el Comunismo se ha identificado casi exclusivamente con la doctrina marxista-leninista. Sin embargo, existen otras doctrinas comunistas (algunas previas al marxismo-leninismo, otras contemporáneas, y otras posteriores) tales como el anarcocomunismo con fundamento en posturas sociobiologistas (Piotr Kropotkin, Aldous Huxley), el comunismo de consejos de base marxista pero no leninista, el comunismo cristiano premoderno y moderno (Tomás Moro, Gerrard Winstanley), variantes secularizadas del comunismo religioso milenarista (Gabriel Bonnot de Mably, Morelly) y movimientos no revolucionarios como el de las comunas hippies y los kibbutz israelíes, entre otros.
Comunismo primitivo y comunismo cristiano
Debido a la popularidad de la revolución rusa de 1917 y la polarización política entre los regímenes socialistas y el capitalismo occidental, el Comunismo se ha identificado casi exclusivamente con la doctrina marxista-leninista. Sin embargo, existen otras doctrinas comunistas (algunas previas al marxismo-leninismo, otras contemporáneas, y otras posteriores) tales como el anarcocomunismo con fundamento en posturas sociobiologistas (Piotr Kropotkin, Aldous Huxley), el comunismo de consejos de base marxista pero no leninista, el comunismo cristiano premoderno y moderno (Tomás Moro, Gerrard Winstanley), variantes secularizadas del comunismo religioso milenarista (Gabriel Bonnot de Mably, Morelly) y movimientos no revolucionarios como el de las comunas hippies y los kibbutz israelíes, entre otros.
Comunismo primitivo y comunismo cristiano
Karl Marx vio el comunismo primitivo como el estado original cazador-recolector de la especie humana del que surgió el comunismo temprano. Para Marx, sólo después de que la humanidad fue capaz de producir excedentes (y de que algunos miembros de la sociedad se apropiaron de ellos), se desarrolló la propiedad privada y el Estado.
Comunismo igualitario
Se designa con esta expresión a todas las doctrinas premarxistas, que con muchísima diversidad, se las puede englobar como utopías sociales que abogaban por la propiedad colectiva (a diferencia de un régimen de propietarios iguales) y la igualdad total (incluyendo todas las necesidades) de todos los productores.Tales doctrinas primitivas resolvían el problema de las relaciones del individuo con la sociedad a través de la «sociedades de iguales», que bien podía ser una comuna, el Estado, etc.
Tales doctrinas se desarrollaron en la Época Clásica y en la Edad Media. Un ejemplo de comunismo igualitario es el implantado en Esparta por Licurgo también designado como comunismo militar. Este gobierno sólo consideraba como «iguales» a los ciudadanos de la polis, ya que mantenía un régimen esclavista.
Otro ejemplo de ciertas doctrinas comunistas en un marco antiguo son las propuestas por Platón en La República;
[...] existen el mejor Estado, la mejor constitución y las mejores leyes allí donde se aplica esta máxima: todo es común entre amigos.
Los partidos comunistas después de la caída de la URSS En 1991, tras un proceso de sucesivos intentos de reformas privatizadoras en lo económico, conocido como Perestroika, que acelerarán la crisis interna, y presionado por la Guerra Fría y las potencias occidentales, el país sucumbe ante sus propias contradicciones, dando lugar a la desintegración de la URSS y a que las repúblicas que integraban la URSS se independicen. La destrucción del Muro de Berlín que separaba la zona de influencia soviética de la zona capitalista (herencia de la división territorial posterior a la Segunda Guerra Mundial) es considerada uno de los símbolos de esta caída.
Después de la caída de la Unión Soviética, los partidos comunistas sufrieron transformaciones y divisiones en todo el mundo. Algunas fracciones adoptaron una política reformista, otras desarrollaron una táctica de oposición a la globalización capitalista buscando estrechar sus lazos con las masas marginadas por el llamado capitalismo consumista, y orientándose en algunos casos hacia el comunismo libertario. Muchos simpatizantes del marxismo en las décadas anteriores, apoyaron movimientos socialdemócratas en Europa y América latina.
En Cuba, la revolución de 1959 fue conducida por jóvenes revolucionarios que no pertenecían al Partido Comunista. Pero éste se convirtió en fuerza hegemónica en la medida en que la economía del país se hacía cada vez más dependiente de la Unión Soviética, en gran parte debido al bloqueo económico que estableció Estados Unidos. Caída esta, Cuba permaneció como un solitario baluarte del comunismo en América, aunque aceptando la participación de capitales privados extranjeros en su débil economía, centrada en el turismo.
Incluso en la República Popular China se han desarrollado profundas transformaciones en torno a una internacionalización y un modelo económico que distan mucho de los principios políticos que promulgan. Una mezcla de comunismo en el discurso político teórico y capitalismo, en la práctica cada vez más amplios sectores económicos.
Vietnam ha iniciado reformas en el mismo sentido de China. Los otros países socialistas de la actualidad son Laos y Corea del Norte. Este último se ha destacado por el rechazo de reformas liberalizadoras, y una defensa férrea del patriotismo y la economía socialista, aunque últimamente está adoptando mecanismos para permitir la entrada de capital extranjero.
En Rusia se fundó el Partido Comunista de la Federación Rusa en 1993 a partir del Partido Comunista de la Unión Soviética. Se ha centrado en las características propias de Rusia, y en consecuencia ha combinado el comunismo con un fuerte patriotismo en sus planteamientos. Ideológicamente se ha denominado nacional-bolchevismo a la combinación de la lucha social anticapitalista con el nacionalismo, tendencia que desde la década de 1920 estuvo presente en cierto modo en el PCUS.
Comunismo igualitario
Se designa con esta expresión a todas las doctrinas premarxistas, que con muchísima diversidad, se las puede englobar como utopías sociales que abogaban por la propiedad colectiva (a diferencia de un régimen de propietarios iguales) y la igualdad total (incluyendo todas las necesidades) de todos los productores.Tales doctrinas primitivas resolvían el problema de las relaciones del individuo con la sociedad a través de la «sociedades de iguales», que bien podía ser una comuna, el Estado, etc.
Tales doctrinas se desarrollaron en la Época Clásica y en la Edad Media. Un ejemplo de comunismo igualitario es el implantado en Esparta por Licurgo también designado como comunismo militar. Este gobierno sólo consideraba como «iguales» a los ciudadanos de la polis, ya que mantenía un régimen esclavista.
Otro ejemplo de ciertas doctrinas comunistas en un marco antiguo son las propuestas por Platón en La República;
[...] existen el mejor Estado, la mejor constitución y las mejores leyes allí donde se aplica esta máxima: todo es común entre amigos.
Los partidos comunistas después de la caída de la URSS En 1991, tras un proceso de sucesivos intentos de reformas privatizadoras en lo económico, conocido como Perestroika, que acelerarán la crisis interna, y presionado por la Guerra Fría y las potencias occidentales, el país sucumbe ante sus propias contradicciones, dando lugar a la desintegración de la URSS y a que las repúblicas que integraban la URSS se independicen. La destrucción del Muro de Berlín que separaba la zona de influencia soviética de la zona capitalista (herencia de la división territorial posterior a la Segunda Guerra Mundial) es considerada uno de los símbolos de esta caída.
Después de la caída de la Unión Soviética, los partidos comunistas sufrieron transformaciones y divisiones en todo el mundo. Algunas fracciones adoptaron una política reformista, otras desarrollaron una táctica de oposición a la globalización capitalista buscando estrechar sus lazos con las masas marginadas por el llamado capitalismo consumista, y orientándose en algunos casos hacia el comunismo libertario. Muchos simpatizantes del marxismo en las décadas anteriores, apoyaron movimientos socialdemócratas en Europa y América latina.
En Cuba, la revolución de 1959 fue conducida por jóvenes revolucionarios que no pertenecían al Partido Comunista. Pero éste se convirtió en fuerza hegemónica en la medida en que la economía del país se hacía cada vez más dependiente de la Unión Soviética, en gran parte debido al bloqueo económico que estableció Estados Unidos. Caída esta, Cuba permaneció como un solitario baluarte del comunismo en América, aunque aceptando la participación de capitales privados extranjeros en su débil economía, centrada en el turismo.
Incluso en la República Popular China se han desarrollado profundas transformaciones en torno a una internacionalización y un modelo económico que distan mucho de los principios políticos que promulgan. Una mezcla de comunismo en el discurso político teórico y capitalismo, en la práctica cada vez más amplios sectores económicos.
Vietnam ha iniciado reformas en el mismo sentido de China. Los otros países socialistas de la actualidad son Laos y Corea del Norte. Este último se ha destacado por el rechazo de reformas liberalizadoras, y una defensa férrea del patriotismo y la economía socialista, aunque últimamente está adoptando mecanismos para permitir la entrada de capital extranjero.
En Rusia se fundó el Partido Comunista de la Federación Rusa en 1993 a partir del Partido Comunista de la Unión Soviética. Se ha centrado en las características propias de Rusia, y en consecuencia ha combinado el comunismo con un fuerte patriotismo en sus planteamientos. Ideológicamente se ha denominado nacional-bolchevismo a la combinación de la lucha social anticapitalista con el nacionalismo, tendencia que desde la década de 1920 estuvo presente en cierto modo en el PCUS.
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