La potencia de los equipos modernos permite que dos personas puedan usar uno
al mismo tiempo con un par de pantallas, teclados y ratones, y una gráfica con
dos salidas.
Procesadores de doble, triple y hasta óctuple núcleo, memorias de varios canales, gráficas con múltiples salidas... La duplicidad de elementos de hardware en la informática actual está pensada para procesos multitarea. Sin embargo, toda esa potencia está desperdiciada.
Y es que, a menos que uses el equipo para jugar con títulos de última generación, te dediques al diseño gráfico o la autoría de vídeo, las prestaciones de un PC se aprovechan en un porcentaje muy bajo. Una buena forma de sacarle más partido es permitiendo que dos personas lo utilicen a la vez. Vamos a ver cómo hacerlo.
Para el control del sistema operativo, deberás contar con un teclado y ratón USB adicionales. La tarjeta gráfica también va a jugar un papel esencial. Si tienes un PC de sobremesa, fíjate si tiene dos salidas VGA o DVI. Si está integrada en la placa, deberás comprar una tarjeta gráfica PCI-E que disponga de dos salidas de vídeo.
También puede ocurrir que ya dispongas de una gráfica PCI-E y que únicamente tenga una salida. Si tienes un portátil, la salida VGA cuenta como salida extra. Por último, no olvides que debes tener también un monitor adicional.
Ahora, hay que dar un nombre a la máquina virtual y
seleccionar dónde va a estar situada. La máquina virtual crea unos ficheros de
configuración y un disco virtual que crece dinámicamente según se instalan
programas y almacenan datos. Te recomendamos que utilices una partición distinta
a la del sistema operativo real de tu máquina, y mucho mejor si dispones de un
segundo disco duro.
Una vez que pulses sobre Next, deberás indicar el tamaño máximo que
alcanzará el disco virtual. Es importante ser generosos, ya que
a posteriori no podrás cambiarlo fácilmente. Para un mejor rendimiento, pulsa
Store virtual disk as a single file.
Estamos frente a uno de los últimos pasos de la configuración de la máquina
virtual. En este punto, debes ajustar algunos parámetros básicos a través de
Customize Hardware. En primer lugar, vamos con la memoria desde el
apartado Memory. Con 2 Gbytes es suficiente, aunque lo ideal hasta 8
Gbytes es repartir la memoria entre las dos máquinas.
En el apartado Processors, haz lo mismo y reparte los núcleos de tu
procesador entre ambos sistemas, dejando siempre la mitad en la máquina que
estás creando. Para la instalación del sistema operativo, utiliza tu unidad
óptica o seleccionar una imagen ISO. El resto de apartados los puedes dejar
como están. Pulsa en Close para guardar la configuración de la máquina
que has creado.
Una vez que la máquina está definida, introduce el disco de instalación de
Windows en la unidad óptica. Pulsa sobre Play para iniciar el proceso,
que es idéntico a la instalación de una máquina normal. En este momento, no
debes preocuparte ni por la resolución de pantalla ni por la colocación de la
misma en ningún monitor. Espera a que acabe el proceso de instalación.
Ahora que tienes tu Windows virtual para ser utilizado por
el segundo usuario, debes emplazar unas utilidades que optimizan la máquina
invitada y mejoran la relación con el sistema operativo. Es fundamental que
sigas este proceso de instalación, ya que la resolución de pantalla y el
rendimiento del nuevo sistema dependen también de las VMware
Tools. Cuando estés con una sesión de usuario iniciada en la máquina
virtual, pulsa sobre Player/Manage/Install VMware Tools. Deberás darle
a Next un par de veces y reiniciar la máquina virtual para aplicar los
cambios.
Al tener dos salidas gráficas, tu Windows es capaz de gestionar de forma
independiente la resolución de cada una. Accede al panel de Resolución de
pantalla pulsando con el botón derecho de tu ratón sobre el escritorio y
configura la máxima resolución disponible para cada monitor. Las pantallas
aparecen identificadas con un número. Si pulsas sobre Identificar,
verás cómo cada número se muestra en el monitor que corresponde.
Es importante que marques la opción Extender pantallas. Si al
hacerlo ves que los botones de inicio y la barra de Windows cambian de un
monitor a otro, y quieres usar el antiguo como principal, sitúa el ratón sobre
la pantalla que prefieras y activa Convertir esta pantalla en
principal.
Como tienes dos pantallas puedes cambiar de aplicación entre ellas. Por ello,
arrastra VMware Player al segundo monitor. Entra en las
propiedades de la resolución de pantalla del Windows virtual y
selecciona una grande, pero inferior a la del monitor en el que estás
trabajando. Ponla en modo pantalla completa para que tenga más autonomía
respecto al sistema operativo principal.
Para ello, tienes un icono que muestra una pantalla con unas flechas en
las esquinas en la parte superior de la interfaz de la aplicación. Haz clic
y verás como se ejecuta a toda pantalla en el segundo monitor, y además cambia
la resolución del sistema virtual de forma dinámica.
A estas alturas ya tienes la máquina virtual casi configurada. Te habrás dado
cuenta de que el teclado y el ratón se comparten entre las dos. Si conectas
otros, el sistema los detecta como extras y funcionan igual. Debes modificar el
fichero de configuración de la máquina virtual para decidir que los nuevos
dispositivos se dedicarán exclusivamente al uso en el sistema operativo
invitado.
Para hacerlo, entra en la ruta donde creaste la máquina virtual y encontrarás
un fichero con extensión .vmx que el sistema detecta como
VMware virtual machine configuration file. Debes abrirlo con el Bloc de
notas y añadir al final la línea usb.generic.allowHID = “TRUE”.
Reinicia la máquina virtual para aplicar los cambios. Al iniciarla, aparecerá
un aviso indicándote todos los dispositivos USB conectados y que pueden ser
utilizados de forma dedicada. Marca Do not show this hint again y pulsa
OK. Conecta el teclado y ratón extra, ve al menú de la máquina
virtual, luego a Removable Devices y verás que se despliega una
lista con todos tus dispositivos. El que marques quedará dedicado a la máquina
virtual, dejando de interactuar con el sistema operativo principal cuando esta
está operativa.
En nuestro ejemplo, hemos añadido el ratón Pixart para que solo
refleje los movimientos en la máquina virtual. Para añadir uno
nuevo, ponte sobre él y usa Connect (Disconnect from host). Cuando lo
hagas, verás que en unos segundos se instala de forma dedicada en la máquina
virtual.
Ya dispones de todo lo necesario para tener a dos usuarios trabajando a la
vez. Mueve la máquina virtual al segundo escritorio y ponla en
modo pantalla completa como has visto antes. Si todo lo has hecho correctamente,
verás dos escritorios casi independientes y que funcionan a la vez, con las
limitaciones lógicas de estar ante un sistema virtualizado, pero funcional, ya
que podrás acceder a Internet, instalar tus aplicaciones favoritas, usar juegos
básicos sin aceleración 3D e incluso reproducir sonido.
Además de duplicar un equipo con máquinas virtuales, existen
soluciones comerciales que hacen algo similar. Lo bueno que tienen este tipo de
programas es que no se consumen recursos extras por virtualizar, en especial se
ahorra memoria y se evita el tener que usar un sistema operativo nuevo. Lo
negativo es que se trata de aplicaciones de pago. Una de ellas es BeTwin, de la empresa
ThinSoft.
A nivel de componentes sigues necesitando una máquina con buenos recursos y
duplicidad de periféricos, pero solo una instalación de Windows, ya que la
aplicación es capaz de duplicar la interfaz de usuario, permitiendo que dos
personas trabajen a la vez sin que se pueda distinguir cuál es la sesión
principal y cuál la secundaria. Además, soporta hasta 9 usuarios sobre una misma
máquina, con un precio de 80 euros por licencia de uso en cada usuario.
Procesadores de doble, triple y hasta óctuple núcleo, memorias de varios canales, gráficas con múltiples salidas... La duplicidad de elementos de hardware en la informática actual está pensada para procesos multitarea. Sin embargo, toda esa potencia está desperdiciada.
Y es que, a menos que uses el equipo para jugar con títulos de última generación, te dediques al diseño gráfico o la autoría de vídeo, las prestaciones de un PC se aprovechan en un porcentaje muy bajo. Una buena forma de sacarle más partido es permitiendo que dos personas lo utilicen a la vez. Vamos a ver cómo hacerlo.
1. El hardware
No existe una configuración mínima para compartir una máquina, pues dependerá del uso que se vaya a hacer. En primer lugar, no te recomendamos un procesador con un único núcleo, en segundo lugar, la cantidad de memoria debe ser de 4 Gbytes para repartir al menos 2 Gbytes para cada usuario. También necesitarás 60 Gbytes espacio en disco para instalar la máquina virtual, aunque lo ideal es hacerlo en una partición independiente o en un disco duro aparte.Para el control del sistema operativo, deberás contar con un teclado y ratón USB adicionales. La tarjeta gráfica también va a jugar un papel esencial. Si tienes un PC de sobremesa, fíjate si tiene dos salidas VGA o DVI. Si está integrada en la placa, deberás comprar una tarjeta gráfica PCI-E que disponga de dos salidas de vídeo.
También puede ocurrir que ya dispongas de una gráfica PCI-E y que únicamente tenga una salida. Si tienes un portátil, la salida VGA cuenta como salida extra. Por último, no olvides que debes tener también un monitor adicional.
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