1. Elimina las claves superfluas
Cada vez que instalamos o desinstalamos un programa, el Registro de Windows añade información que, a la larga, puede provocar incongruencias que acaban yendo en detrimento de la estabilidad y fluidez del sistema. Sin ir más lejos, pese a que hayamos eliminado un programa de nuestro ordenador, este puede haber dejado un rastro con las preferencias de uso u otros parámetros técnicos.Una de las opciones más cómodas y efectivas consiste en recurrir a software externo de optimización y desfragmentación del Registro, como TuneUp Utilities (www.tuneup.es) o CCleaner (www.piriform.com/ccleaner), pero con ciertos conocimientos avanzados podemos hacerlo también de forma manual.
Para ello, en la casilla de búsqueda del menú Inicio lanzaremos el comando regedit y se abrirá el Registro de Windows. Como cualquier operación de este tipo puede ser realmente delicada si no sabemos lo que hacemos, lo primero será hacer una copia del Registro, entrando en Archivo/Exportar e indicando un nombre para el backup que generaremos. En Intervalo de exploración marcaremos Todo y ya podemos guardar. Para restaurarlo, bastará con hacer doble clic sobre el archivo .reg que obtengamos.
En HKEY_CURRENT_USER veremos la información de configuración del sistema y el software del usuario con el que hemos iniciado sesión, con lo que modifiquemos solo nos afectará a nosotros. Desde aquí, podemos personalizar lo que se muestra en el Panel de control, los directorios de instalación, la configuración de red, etc.
Por su parte, HKEY_LOCAL_MACHINE se centra en lo que afecta al hardware y las controladoras del PC, mientras que HKEY_CURRENT_CONFIG es una rama dinámica, en la que se van creando entradas al vuelo, según las aplicaciones que estemos ejecutando en ese momento y los servicios de Windows que estén en uso.
2. Acelera el arranque del equipo
Para ganar unos valiosos segundos cada vez que encendamos nuestro ordenador tenemos varias opciones. La primera está disponible desde el Registro, dentro de la categoría HKEY_LOCAL_MACHINE\Software\Microsoft. Desde ahí podremos consultar todos los servicios que se inician automáticamente nada más arrancar el sistema operativo. Haciendo clic con el botón derecho, eliminaremos los que no queramos mantener.Por último, también podemos descargar una utilidad gratuita, AutoRuns para Windows, desde la web de la propia Microsoft, más completa que msconfig y con opciones que van más allá de los programas de inicio, abarcando otros componentes.
3. Todo por un apagado más rápido
Además de acelerar el arranque, en nuestras manos está la posibilidad de hacer que el apagado del sistema sea más veloz. En concreto, cuando vamos a cerrar Windows se envía una señal a todos los procesos y aplicaciones en ejecución para que se detengan, y como medida de prevención hay un tiempo establecido en la que el sistema espera a obtener respuesta (de hecho, cuando no se establece tal comunicación es cuando aparece el molesto aviso de forzar el cierre o seguir esperando).4. Gestiona tu fichero de paginación
La memoria virtual de Windows se utiliza para almacenar de forma temporal los datos de los programas y los procesos que estén en uso y que requieran de espacio adicional en la memoria principal. Para gestionarla, se crea un archivo de paginación en el disco duro, con lo que el acceso acaba siendo algo más lento (a menos que contemos con un disco de estado sólido SSD). Con las configuraciones actuales, en las que lo más habitual es disponer de más de 4 Gbytes de memoria, podemos hacer que todos estos datos se ejecuten directamente siempre en ella y así ganar algo de rendimiento.5. Desactiva procesos en segundo plano
Cuando nuestro equipo está en funcionamiento, multitud de procesos corren en segundo plano. Unos son propios del sistema operativo y otros dependen de los programas que tengamos abiertos en ese momento, pero también puede darse el caso de que, una vez cerrados, dejen algún rastro operativo.Pulsando la combinación de teclas Ctrl + Alt + Suprimir accederemos al Administrador de Tareas, y, en Procesos, podremos verlos todos y la cantidad de RAM y CPU que consumen. Si alguno se ha vuelto inestable (lo sabremos por un excesivo uso de recursos) puedes cerrarlo al hacer clic en Finalizar proceso. No obstante, puede que si ha habido algún error, Windows sea incapaz de detenerlos.
6. Detén los servicios prescindibles
Los servicios del sistema son procesos y pequeños programas que Windows carga de forma predeterminada para facilitar la mayoría de operaciones habituales con un ordenador. Algunos de ellos resultan imprescindibles para el buen funcionamiento del equipo, pero otros puede que no interesen a todos los tipos de usuario (por ejemplo, las necesidades de un usuario doméstico no son las mismas que las de un profesional o una pyme, sin ir más lejos). Así, aunque se ejecuten en segundo plano y de forma transparente, en su conjunto acaparan una porción de recursos que podemos liberar fácilmente si sabemos bien lo que estamos haciendo.Para acceder a su gestión, en el cuadro de búsqueda del menú Inicio tecleamos la orden services.msc y se abrirá una ventana con todos los existentes. Para eliminar uno de estos servicios, haremos doble clic sobre él y pulsaremos sobre Pausar o Detener. Presta especial atención a la descripción de cada uno de ellos, ya que aunque pensemos que podemos prescindir de él a la ligera, puede que esté conectado a otro servicio que requiere de su funcionamiento previo.
Lo mejor es echar un vistazo y decidir en función de nuestras necesidades, pero hay otros como Llamada a Procedimiento Remoto que resultan imprescindibles para el buen funcionamiento del Centro de Seguridad o la Cola de impresión, entre otros. También recomendamos activar el servicio Superfetch, que mantiene y mejora el rendimiento del sistema a lo largo del tiempo. En cualquier caso, la manipulación debe llevarse a cabo con cuidado.
7. Saca partido a ReadyBoost
Con la llegada de Windows Vista se introdujo una tecnología pensada para aprovechar las memorias Flash USB como complemento de nuestro propio hardware, conocida como ReadyBoost. Con ella, podemos utilizar el espacio libre de un pendrive para liberar al sistema de gestionar la memoria de intercambio o swap. Una vez introduzcamos la llave USB en el puerto de nuestro ordenador (con un mínimo de 256 Mbytes libres y con interfaz al menos de tipo 2.0), en la ventana de reproducción automática podremos escoger la opción Aumentar la velocidad del sistema con Windows ReadyBoost, y desde ahí configuraremos su funcionamiento.Si tenemos algún problema para activar ReadyBoost, antes deberemos iniciar el servicio Superfetch desde services.msc (como hemos visto previamente).
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