Los problemas de conexión pueden estar relacionados con el servicio que nos presta el proveedor de Internet que hemos contratado. No obstante, incluso si el ADSL funciona correctamente y el cableado telefónico de nuestro hogar está en orden, hay una serie de aspectos que deberemos tener en cuenta para efectuar un diagnóstico del problema y poder, así, ponerle solución.
A lo largo de las siguientes líneas pasaremos repaso a los más fundamentales, al tiempo que analizamos fallos concernientes al navegador y a otras aplicaciones que hacen un uso intensivo de la conexión on-line.
Gracias a la utilidad ping, que se incluye con Windows, puedes mandar mensajes ICMP de solicitud incrustados en paquetes de datos IP que incluirán un número identificador y una serie de dígitos de 32 bits. Tras el envío, se aguardará una respuesta del servidor, que incluirá también una secuencia de 32 bits que deberá coincidir con la del paquete enviado.
Así pues, efectúa esta comprobación utilizando la casilla de búsqueda del menú Inicio para encontrar cmd.exe. Luego, abre la herramienta y teclea el término ping seguido del nombre de un sitio web al que suelas conectarte sin problemas (por ejemplo, ping www.bing.com).
Si la prueba es favorable, se mostrará el tiempo de respuesta de la conexión, lo cual te ayudará a evaluar su velocidad. Si, por el contrario, se muestra el mensaje La solicitud de ping no pudo encontrar el host, probablemente el problema radique en el router, en el cableado, en la conexión WiFi o en otros aspectos que pasaremos a analizar seguidamente.
En caso de que sigas sin tener conexión, verifica los enlaces y el cableado. Ten presente que un exceso de microfiltros conectados a la red de tu hogar puede provocar contingencias, de modo que en un primer momento prueba a desconectar todos los teléfonos que los emplean. Posteriormente, si la conexión se realiza con éxito, ve reconectándolos uno a uno hasta certificar cuál es el que está provocando la incidencia.
En caso de que no funcione y creas que el problema puede deberse al cableado telefónico de la vivienda, localiza el punto de terminación de red o PTR, que es el pequeño cajetín que delimita dónde termina la red exterior y dónde comienza la tuya. En él se incluye una conexión directa a la que puedes conectar tu router. De este modo, podrás efectuar pruebas a lo largo de las cuales se ignorará el cableado de tu hogar y el resto de dispositivos que se nutren de tu instalación.
Utiliza también las utilidades de configuración y diagnóstico que incluye tu router entrando en el menú del mismo. Con frecuencia, para ello bastará con que teclees http://192.168.1.1 en tu navegador, y que introduzcas el nombre de usuario y la contraseña de administrador. Una vez allí, consulta el estado del PC desde el que te conectas y cerciórate de que no se le han asignado restricciones.
Con frecuencia, especialmente en los portátiles, puede encenderse y apagarse a través de un botón en el propio ordenador o de un atajo de teclado. Asimismo, a través de la BIOS puedes decidir si la tarjeta de red inalámbrica se arrancará por defecto con el equipo o si precisarás activar su funcionamiento de manera manual.
Un caso común es que el ordenador, al no encontrar el router encendido en determinado momento, haya optado automáticamente por emplear una red que no es la tuya (por ejemplo, la de un vecino que no tiene seguridad habilitada), lo cual, como es lógico, dará problemas y mermará el rendimiento.
Cerciórate de que no es así entrando en el Administrador de redes que se suministra con tu tarjeta externa, o en el Panel de control. En el segundo caso, haz clic en Redes e Internet y, a continuación, en Administrar redes inalámbricas. Comprueba que tu red se muestra y conéctate a ella.
A lo largo de las siguientes líneas pasaremos repaso a los más fundamentales, al tiempo que analizamos fallos concernientes al navegador y a otras aplicaciones que hacen un uso intensivo de la conexión on-line.
Truco 1. Diagnóstico rápido lejos del router
Si Internet no funciona y el encaminador está en otra estancia o sus pilotos parecen indicar que el servicio está activo, efectuar un ping a uno de los servidores on-line es una manera rápida y efectiva de efectuar un diagnóstico. Con ello, podrás averiguar si la conexión no funciona en absoluto o si lo que provoca que no puedas acceder a la Red se debe a problemas más específicos, como fallos en el software que estás utilizando, una infección causada por el malware, una configuración errónea del cortafuegos, etcétera.Gracias a la utilidad ping, que se incluye con Windows, puedes mandar mensajes ICMP de solicitud incrustados en paquetes de datos IP que incluirán un número identificador y una serie de dígitos de 32 bits. Tras el envío, se aguardará una respuesta del servidor, que incluirá también una secuencia de 32 bits que deberá coincidir con la del paquete enviado.
Si la prueba es favorable, se mostrará el tiempo de respuesta de la conexión, lo cual te ayudará a evaluar su velocidad. Si, por el contrario, se muestra el mensaje La solicitud de ping no pudo encontrar el host, probablemente el problema radique en el router, en el cableado, en la conexión WiFi o en otros aspectos que pasaremos a analizar seguidamente.
Truco 2. Problemas con el cableado telefónico
Si no hay conexión en absoluto, reiniciar el router y el equipo es la solución más obvia, y con frecuencia la más eficaz. Sin embargo, si esto no funciona y sospechas que el problema radica en el primero, presta atención al piloto que indica el estado de la línea. Si éste está apagado o parpadea con lentitud, el dispositivo está intentando sincronizar la señal ADSL que te proporciona tu proveedor de Internet. Si este último te confirma que no hay problemas de conexión en tu zona, prueba a reiniciar de nuevo el router, pero esta vez aguarda dos o tres minutos entre reinicio y reinicio.En caso de que no funcione y creas que el problema puede deberse al cableado telefónico de la vivienda, localiza el punto de terminación de red o PTR, que es el pequeño cajetín que delimita dónde termina la red exterior y dónde comienza la tuya. En él se incluye una conexión directa a la que puedes conectar tu router. De este modo, podrás efectuar pruebas a lo largo de las cuales se ignorará el cableado de tu hogar y el resto de dispositivos que se nutren de tu instalación.
Utiliza también las utilidades de configuración y diagnóstico que incluye tu router entrando en el menú del mismo. Con frecuencia, para ello bastará con que teclees http://192.168.1.1 en tu navegador, y que introduzcas el nombre de usuario y la contraseña de administrador. Una vez allí, consulta el estado del PC desde el que te conectas y cerciórate de que no se le han asignado restricciones.
Truco 3. Errores de conexión WiFi
Si la conexión WiFi no funciona, una vez más lo primero será reiniciar el encaminador y el ordenador, manteniéndolos apagados entre dos y tres minutos antes de encenderlos de nuevo. Si no consigues recuperar la conexión, y la tarjeta de red inalámbrica está integrada en el propio equipo, asegúrate de que está activada.Con frecuencia, especialmente en los portátiles, puede encenderse y apagarse a través de un botón en el propio ordenador o de un atajo de teclado. Asimismo, a través de la BIOS puedes decidir si la tarjeta de red inalámbrica se arrancará por defecto con el equipo o si precisarás activar su funcionamiento de manera manual.
Cerciórate de que no es así entrando en el Administrador de redes que se suministra con tu tarjeta externa, o en el Panel de control. En el segundo caso, haz clic en Redes e Internet y, a continuación, en Administrar redes inalámbricas. Comprueba que tu red se muestra y conéctate a ella.
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