1. Conexión y localización
Lo primero que hay que hacer es enchufar la alimentación del router y conectar el cable Ethernet que provenga del módem ADSL, cable o de fibra a la entrada serigrafiada como WAN o Internet. Ese cable lleva Internet a vuestros equipos; no obstante, lo suyo es usarlo para conectarlo a un router que distribuya este conexión de Internet con todos los dispositivos de la red local mediante WiFi o cable de red. Por otra parte, en los routers nuevos, el resto de conexiones Ethernet suelen estar tapadas con una indicación sobre la conveniencia de ejecutar el software de configuración del CD antes de hacer nada. Nosotros en este caso no haremos caso a esta pegatina.
2. Conecta el dispositivo al router
Una vez que tenéis el router encendido y conectado a Internet, llega el momento de configurarlo, para lo que hay que estar conectado con él. Se puede hacer de diversas formas: bien por cable Ethernet conectado con el ordenador a través de una de las cuatro tomas RJ45 de la parte trasera, bien mediante WiFi. En ambos casos se necesita averiguar su dirección IP. Si se usa la opción WiFi, tenemos que conectarnos a la red inalámbrica. Para ello, elegimos la SSID correspondiente al router que estamos instalando, que en nuestro ejemplo se llama TP-LINK_2.4GHz_F26D3B.
En el caso de los routers duales, es posible encontrar otra red con el mismo nombre salvo por que cambia 2,4 por 5 para diferenciarse. Al conectar, pedirá una contraseña, que suele venir en una pegatina de la parte de abajo del router bajo el epígrafe de PIN o contraseña. Si se introduce correctamente, no debería haber problemas.
Ahora, en el área de notificación, junto a la indicación de hora de la barra de tareas, encontraréis un icono de red WiFi. Pulsad con el botón derecho del ratón sobre él y elegid la opción Abrir el Centro de redes y recursos compartidos. Aparecerán los tipos de redes disponibles: Ethernet y WiFi. Haciendo doble clic sobre WiFi, se abrirá la ventana de Propiedades. Y si hacemos clic en Detalles, aparecerá una ventana más completa con información sobre la dirección IP del equipo y la de la puerta de enlace predeterminada. Es precisamente esta última IP la que necesitamos que aquí es 10.3.5.1 (aunque lo más probable es que en tu caso te encuentres con 192.168.0.1 o 192.168.1.1).
Como norma general, la mayor parte de los dispositivos de red tiene predefinidas las direcciones IP como 192.168.1.1, 192.168.1.2. 192.168.0.1 o similares, de modo que ocupan posiciones fácilmente localizables. No es una ciencia, pero suele ser así. Lo único que tienes que hacer con esta dirección IP es introducirla en un navegador web con la forma: http://10.3.5.1 para que, de este modo, el navegador acceda al servidor web integrado en el dispositivo de hardware desde el cual podremos configurarlo.
Si hubiéramos usado un cable Ethernet, tendríamos que haber accedido a las Propiedades de la interfaz de red Ethernet y obtendríamos el mismo resultado final.
3. Configuración
Una vez que hayas accedido a la dirección IP, pedirá un nombre de usuario y una contraseña. Usualmente, suele ser admin/admin, si no es así, habrá que recurrir al manual del usuario del equipo para obtener esta información. En nuestro ejemplo, era admin/admin, y conseguimos entrar en la pantalla de configuración web del router.
Dependiendo de cada fabricante, os toparéis con una interfaz u otra, aunque en todos los casos pueden encontrarse ciertas similitudes. Tendréis que véroslas con un poco de inglés, pero a cambio tendréis el control de vuestra red. Hay apartados para gestionar las conexiones WiFi, la seguridad y la red local o la red WAN bajo el epígrafe Network, o para acceder a herramientas del sistema como la actualización del firmware o la copia de seguridad de los ajustes. Otras tareas útiles son la asociación de direcciones MAC físicas con direcciones IP para que solo esos equipos accedan a la red.
4. Instala el software
El CD de instalación del router contiene las aplicaciones necesarias para lanzar el asistente de puesta a punto. En él, se dan indicaciones precisas sobre cómo conectar el cable Ethernet proveniente del módem ADSL, cable o de fibra al router y sobre la necesidad de enchufarlo a una toma eléctrica.
Revisad el interruptor de encendido de la parte de atrás para evitar que esté apagado. El ordenador tendrá que estar conectado mediante el cable de red al encaminador. Luego, solo hay que esperar a que el software realice una primera tanda de ajustes de forma desatendida hasta que llega a la pantalla que pregunta los datos de configuración básicos (nombre de la red inalámbrica, la contraseña de seguridad y la contraseña del router). Se pueden dejar estos datos como están o bien realizar los cambios que se consideren oportunos.
5. Configura la nube
Con esa información es factible configurar la red inalámbrica. En el asistente, se deja en el Escritorio un archivo de texto con los datos de configuración y se procede a visitar la web www.ciscoconnectcloud.com donde se pedirá un nombre de usuario y contraseña. Si no la tienes, tendrás que ir a la opción Crear cuenta, que lleva hasta un formulario clásico. Una vez tengáis en orden los datos necesarios para autentificaros, podréis entrar en la página de gestión de la red. Deberéis especificar la contraseña del enrutador para que desde la Nube se sepa claramente qué dispositivos de red se pueden gestionar y cuáles no.
6. Accede a la configuración
Ahora ya estáis en disposición de acceder a la configuración del router. Es un menú similar al que se llegaría si se realizase la configuración de forma manual, pero en los routers conectados a la Nube hay particularidades que merece la pena destacar, como la diferenciación entre los parámetros del router propiamente dichos y los de la Nube, o Smart WiFi. De este modo, se pueden realizar modificaciones en los parámetros tanto desde dentro de la red como desde un terminal móvil conectado por 3G o desde un equipo remoto fuera del hogar. La Nube se encarga de efectuar los cambios en los parámetros.
7. Desde el móvil
Cisco dispone de aplicaciones para móviles que se conectan con el servicio Connect Cloud usando el mismo nombre de usuario y contraseña que empleásteis en el momento de configurar el servicio en el router y que ofrecen una interfaz gráfica para realizar modificaciones sobre los parámetros de funcionamiento del router como el ancho del canal en la red WiFi de 5 GHz.
Dos formas eficaces de mejorar tu red
Si ya tenéis una red local montada a partir de un router convencional proporcionado por la operadora y queréis realizar mejoras en el alcance sin romperos la cabeza, hay dos posibilidades que merece la pena explorar: PLC o Power Line Communication, que usa la red eléctrica de la casa para transmitir datos entre ubicaciones del hogar dentro de la misma infraestructura eléctrica; y recurrir a un extensor de la red WiFi que lleve la cobertura inalámbrica más lejos.
Opción 1. Instala un PLC
La instalación de un sistema PLC pasa por emplear al menos dos dispositivos: uno junto al router, desde donde se distribuya la conectividad de red; y otro enchufado en aquella zona de la casa donde se quiera tener conectividad de red y no se pueda o se desee trabajar en una red WiFi. Para este ejemplo, hemos usado el TP-Link TL-WPA281 KIT (79,90 euros).
Enchufad los dispositivos PLC. El que solo tiene conectividad Ethernet se instalará en un enchufe directamente a la pared. Ha de estar cerca del router para conectar un cable Ethernet desde una de sus salidas traseras hasta la toma Ethernet del PLC que les proporcione conectividad de Internet. El segundo PLC se enchufará directamente a la pared, sin regletas de por medio (al menos sin regletas que carezcan de filtrado anti sobretensiones), cerca de donde se necesite la conexión de red. Al ser un PLC WiFi, en este extremo se puede configurar un punto de acceso inalámbrico que provea de conectividad a varios dispositivos.
Usando el software de detección del PLC incluido en el kit o descargándolo de la web de TP-Link, podremos saber la dirección IP del mismo en la red. Entrando en su página web de configuración, es posible establecer los parámetros de seguridad y realizar tareas de mantenimiento sobre el PLC.
Opción 2. Coloca un repetidor
Los repetidores son otra de las opciones de moda en la actualidad. Su objetivo es que la red se pueda ver más lejos, con una intensidad suficiente como para asegurar una conexión estable más allá del alcance de las redes WiFi del router. Eso sí, tendréis conexiones de red menos flexibles en cuanto a tecnología de antenas, pero al menos tendrán un mayor alcance. Para este ejemplo usaremos un repetidor Fritz!WLan Repeater (89 euros), compatible con 802.11b/g/n hasta 300 Mbps, y con tecnología para transmitir audio hasta el repetidor desde otros equipos de la red y compartirlo mediante un emisor FM integrado con frecuencia de sintonización configurable.
El proceso que debéis seguir es el habitual. Esto es, buscamos la red WiFi del dispositivo, que en este caso se identifica porque aparece FRITZ!WLAN, y nos conectamos con la clave indicada en el manual: 00000000. A continuación, iremos a las Propiedades de red WiFi para ver la dirección de la puerta de enlace, que es 192.168.178.2, y conectar a través del navegador web. Entraremos directamente en un asistente que nos guiará en el establecimiento de la función como repetidor.
Los pasos del asistente son pocos y sencillos, pero es preciso identificar en la lista de redes WiFi la que queramos amplificar y conocer la clave de seguridad que usa. Con ello, apenas hay que hacer nada más, aparte de tomar cuenta de los datos de configuración por si son necesarios más adelante. Recuerda que, una vez completado el asistente, el dispositivo ya no será accesible mediante el navegador y solo podremos operar con él a través de su pantalla táctil.
Antes de pasar al asistente para el repetidor, podéis navegar por los menús de su servidor web para configurar parámetros tales como el repetidor de audio integrado. Este cuenta tanto con una miniestación web de radio con emisoras configurables, como con un transmisor FM y salida de audio para conectar altavoces, auriculares, una cadena de audio o incluso usar un receptor FM para sintonizar la frecuencia a la que el repetidor FRITZ! emite los contenidos de audio codificados. También puedes establecer una contraseña de seguridad 3 para que nadie modifique la configuración excepto el propietario.
Lo primero que hay que hacer es enchufar la alimentación del router y conectar el cable Ethernet que provenga del módem ADSL. consejoscomunales.net/la-republica-aristocratica/
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